La mayoría de las veces, cuando a los niños se les compra un juguete, juegan y juegan con el. Parece que no se cansan de jugar con el, le cogen muchísimo cariño y lo llevan a todas partes, siempre con ellos. Y parece que no, pero ese juguete crea un vinculo con el niño. Se siente feliz de estar siempre con su niño, de que siempre lo lleve con el, de que lo mime y lo quiera. Cuando no están cerca el uno del otro, hasta se echan de menos.
Pero un día, los papás le regalan al niño un juguete nuevo. Y esta claro lo que pasa, el niño se emociona tanto con su nuevo juguete que se olvida del viejo que tanto había querido. Sí, el juguete nuevo es mejor, moderno, novedoso, echo especialmente para el, y debido a eso, el niño ya no echa de menos al otro juguete. De vez en cuando lo ve, pasa un poco de tiempo con el porque le da lastima, pero en cuanto se aburre vuelve a coger su nuevo juguete. ¡El pobre juguete viejo echa mucho de menos que jueguen con él!
Es una lástima, porque el juguete ha sido exclusivamente del niño, en cambio el niño es dueño de muchos juguetes. Si el niño se aburre con uno, juega con otro, pero el juguete no puede decidir que otro niño juegue con el, ojalá...

Supongo que a todos nos llega el momento de ser juguetes viejos...
todo llega my friend, pero ampoco te recomiendo ser un juguete ni nuevo ni viejo. ;)
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